Austria [años 30]

Entre 1931 y 1934, una treintena de partidos, sólo una derrota, no perdón dos, la última de la serie, en el Mundial de 1934 contra Italia y contra la justicia. Italia precipitó el ocaso del Wunderteam en esta semifinal del Mundial del 34, hecho a medidas del interés propagandista de Mussolini. La victoria de Italia en el Mundial era sumamente obligatoria, y así fue... Italia ganó 1-0, en fuera de juego. Sindelar, el animador, goleador y creador del juego, anulado por lesión, y el empate de Austria anulado, injustamente.

5-0 a Escocia, que entonces era con Inglaterra, la más grande potencia del fútbol europeo. A Alemania: 6-0 en su casa y 5-0 en el Prater de Viena. Suecia, 4-1, Suiza, 8-1, también grandes equipos en la época, 8-2 a Hungría, 6-1 a Bélgica en Bruselas, 4-2 a Italia en Roma y 4-0 en París a Francia. Hugo Meisl era el inspirador del juego de pressing y ataque permanente del Wunderteam, el "equipo maravilla". Según él, la mejor defensa era el ataque. Al Wunderteam le gustaban los goles, hasta la saciedad y la indigestión del contrario. Los rivales se cansaban de correr atrás de una pelota que corría de pie en pie hasta la aceleración final y letal. Pero para Matthias Sindelar, Bican y sus compañeros era principal el arte del pase, del regate, del juego y del gol.


La otra derrota fue en diciembre de 1932, contra Inglaterra en Wembley, 4-3, injusta también, Sindelar y el Wunderteam habían dominado el juego largo y aéreo clásico inglés, jugando corto y raso, multiplicando paredes, centros y regates. Sindelar había ese día inscrito su nombre en la memoria londinense, con un gol de antología, sentando jugadores en el bonito césped y otros, entre ellos, el portero, observando la pelota rebotar de pie a cabeza de Matthias sin que nadie la pueda alcanzar, salvo en la red.


La crisis económica en Austria, la pre-guerra y la anexión de Austria por Alemania sellaron el trágico destino de Matthias Sindelar. Triste y perturbado, se suicidó en 1939, frustrado de no poder haber continuado la bella obra que su Wunderteam había engendrado en los años 30: el mejor equipo de la época, el más ofensivo y creativo, comparable con la magnífica Hungría de Hidegkuti y Puskas de los 50.

Su origen judío, su rechazo a integrar la selección alemana, pueden haber provocado su asesinato por los nazis. Su muerte se quedó un misterio. Sólo se encuentran testimonios de la belleza y de la grandeza del juego del Mozart del fútbol.

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