Platini

Tampoco Michel Platini tenía físico de atleta. En 1972, el médico del club Metz informó que Platini adolecía de "insuficiencia cardíaca y débil capacidad respiratoria". El informe alcanzó para que el Metz rechazara a este aspirante a jugador, aunque el médico no vio que Platini tenía, además, tobillos rígidos, que le exponían a fracturas fáciles, y tendencia a engordar, por su pasión por las pastas. De todos modos, diez años después, poco antes del Mundial de España, el defectuoso se vengó: su equipo, el St. Etienne, goleó al Metz 9 a 2.

Platini fue la síntesis de lo mejor del fútbol francés: reunía la puntería de Justo Fontaine, que en el Mundial del 58 metió trece goles, un récord jamás superado, y la movilidad y la astucia de Raymond Kopa. Platini no sólo ofrecía, en cada partido, un recital de goles de ilusionista, de esos que no pueden ser de verdad, sino que también encandilaba al público con su capacidad para organizar el juego de todo el equipo. Bajo su dirección, la selección francesa exhibía un fútbol armonioso, construido y disfrutado paso a paso, a medida que cada jugada crecía: todo el contrario del centro a la olla, embestida al bulto y que Dios se apiade.


En las semifinales del Mundial del 82, Francia fue derrotada por Alemania, que ganó por penales. Aquel fue un duelo entre Platini y Rummenigge, que estaba lesionado y que de todos modos saltó al terreno de juego y decidió del partido. Después, en la final, Alemania cayó ante Italia.


Ni Platini ni Rummenigge, dos de los jugadores que han hecho historia en el fútbol, pudieron nunca darse el gusto de ganar un campeonato mundial.
Fuente: Eduardo Galeano


Lo mejor de Michel Platini

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