El brasileño Zico, astro del Kashima hizo el gol de la victoria, que fue el más lindo de los goles de su vida. La pelota llegó, en centro cruzado, desde la derecha. Zico que estaba en la media luna del área, entró con todo. En el envión, se pasó: cuando advirtió que la pelota le quedaba atrás, dio una vuelta de carnero en el aire y en pleno vuelo, de cara al suelo, la pateó de taco. Fue una chilena, pero al revés.
- Cuéntenme ese gol - pedían los ciegos.
- Cuéntenme ese gol - pedían los ciegos.
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