Buenos Aires, tango, Río de la Plata, millonarios, River Plate, danza, fútbol de lujo, belleza y elegancia... bellas palabras cuentan la historia del Estadio Monumental, incluso la disonante "Máquina". Como si la era industrial había querido proletarizar el club millonario River Plate, casando historia y fútbol, un juego nacido de Oxford y Cambridge pero muy rápidamente amado por el pueblo, la calle y los obreros, en particular en Argentina. Múñoz, Moreno, Loustau, Pedernera y Labruna eran los delanteros de la famosa "Máquina" del River Plate, maestro y huésped del césped del Estadio Monumental.
Habían nacido en barrios populares y esposaron la lujuría de los ricos burgueses, jugando en el Monumental el fútbol más elegante jamás visto, toque, artes del regate o de la pared y un bello ballet colectivo, como se entiende el fútbol en Argentina, elegante tango con guante... así se llamó la "Máquina" de los finales de los 40, por su gran calidad artillera, según algunos, o, según una versión menos conocida, porque cuando empezaban a marcar goles eran las cinco de la tarde, y a esta hora exacta, pasaba a unos metros de la cancha la locomotora saludando pitando cada domingo. No faltó la eficacia a la belleza del fútbol del Monumental, probando así que dinero, resultados y bello fútbol son compatibles: el River le brindó 2 Libertadores (86 y 96), la primera culminada de la Intercontinental, y 32 títulos argentinos.
Hoy, el River sigue honrando el estadio Monumental con pasos y pases para la belleza de un juego de fútbol de arte individual y colectivo. Probablemente es el único Club y Estadio del mundo del cual se pueda decir que tenga un estilo, con jugadores de bellas artes, utilizando más sus neuronas que sus músculos. La lista de grandísimos jugadores elegantes e inteligentes es única e inagotable: los ya citados fabricantes de la "Máquina" y Di Stéfano, Sívori, Amadeo Carrizo, Artime, Mostaza Merlo, Peucelle, Walter Gómez, Pinino Mas, Fillol, Luque, Díaz, Mario Kempes, Daniel Passarella, Enzo Francescoli, Norberto Alonso, para los clásicos, y los "modernos" Salas, Crespo, Gallardo, Aimar, Saviola, Ortega, D´Alessandro... etc...
La belleza del Estadio Monumental fue manchada una vez, contra su voluntad: el título mundial argentino del 78, el de la dictadura militar. Felizmente, sin ruido, con su estilo único, amada por los atacantes del fútbol ofensivo y odiada por los defensores del fútbol atlético, la pareja Monumental-River Plate sigue fiel al fútbol espectáculo. El River Plate cumplió en 2001, cien años de fútbol creativo. Y el Estadio Monumental, en mayo del 2007, celebró 69 años de belleza.
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