Para todos, Nilton dos Reis Santos tenía futuro, pues a los 14 años era un ídolo en la Isla carioca del Gobernador, donde nació el 16 de mayo de 1925. Pero -para ayudar al padre, Pedro, pescador, y a la madre, Josélia, sirviente en la escuela- dejó la punta izquierda del equipo adulto de Flexeiras, rincón humilde y nombre del equipo del barrio. Y se fue de camarero en la cantina de un cobertizo norteamericano instalado en la "Ilha do Governador" durante la IIª Guerra Mundial. Por consecuencia, Nilton también abandonó les estudios en tercera del primer grado.
Y en 1945, como recluta de la Aeronáutica de 1,84 m de altura, gozaba de privilegios, pues era el medio organizador del equipo del cuartel. Así que cuando Nilton se quitó el uniforme, el comandante Honório, goleador del equipo de la caserna gracias a sus pases, lo llevó al Botafogo. En el campo blanquinegro (actual estadio Nilton Santos), en la calle General Severiano, el fútbol del isleño convenció al técnico Zezé Moreira y al presidente del club, Carlito Rocha. Antes, Nilton fue al Fluminense, pero, tímido delante de cracks como Rodrigues y Ademir Menezes, desistió y volvió a la Ilha. Otra vez, jugando con la Aeronáutica, el São Cristóvão quiso contratarlo. Todavía, su protector, el mayor Honório le aconsejó no firmar contrato con un equipo menor.
En el Botafogo, Nilton Santos sólo se estrenó en el conjunto profesional en marzo del 1948. Y no en el ataque, como quería, sino de lateral derecho, a pedido del presidente Carlito Rocha. El club, ya sin el magistral Heleno de Freitas, sería campeón del estado de Río -título que no veía desde 1935-, Nilton siendo el destaque de la temporada. En la cancha, por su fino trato de la pelota, el de la Isla Gobernador, introdujo un nuevo estilo de lateral: saber atacar -cosa que, hoy, raros laterales hacen con éxito. Después, tranquilamente se confirmó como crack a los 23 años. Y sin jamás haber pasado por los juveniles, cosa rarísima. Tanto que cuando ganó con la selección brasileña el Sudamericano de 1949, nadie se extrañó. Ni cuando en 1950, ganó el certamen nacional de selecciones estatales con el conjunto carioca, y las Copas Rio Branco y Oswaldo Cruz de 1956, 61 ó 62 para el País. O cuando era el suplente de Augusto en el Mundial perdido en Brasil, en pleno Maracaná.
En esas selecciones, Nilton Santos veía el técnico Flávio Costa implicarse con sus botas de punta blanda. Y callado, escucho ese dueño del fútbol brasileño de entonces: "Tío mío, juega con botas de punta dura y no dribles" - y el isleño pensó, en las malas artes de Bigode y ironizaría después: "Sólo que yo, porque no me gusta jugar en defensa, no aprendí a dar con la punta. Por eso, me quedé en la suplencia con las protestas de Zizinho". Entretanto, a partir del Campeonato Panamericano de 1952 -ganado por Brasil-, el de Botafogo sería titular indiscutible de la selección, hasta 1962, con y sin Flávio Costa.
En 1953, dos eventos le marcaron: la llegada de Garrincha al Botafogo y su casamiento con Abigail. El primero le dio alegrías, fue su compadre y amigo, "vino para enseñarnos la simplicidad... donarse..., ser amado y apreciado... Es así que prefiero verlo y sentirlo" -dijo de su amigo en el libro "Minha Bola, Minha Vida". De su casamiento, tuvo un hijo, Carlos Eduardo. En 1954, en el Mundial de Suiza, Nilton vio a Brasil perdido, ignorante y patriota en los vestuarios - ¡venguemos las muertes de Pistóia! (una referencia a la ciudad italiana donde los soldados brasileños combatieron en la IIª Guerra Mundial). O, en el túnel, siendo obligados a besar la bandera: "Quien no lo hiciese, sería estigmatizado por el grupo, era comunista" -dijo Nílton Santos en sus memorias. Ese fiasco suizo se olvidó en 1955, venciendo en la Copa O´Higgins (ídem en 1959 y 1961). Luego se hizo con la Copa del Atlántico (ídem en 1960) y regresó con la selección en Europa. En 1957, pidió a Zizinho para el Botafogo, pero el club -porque Ziza apartaría Biriba, emblema del equipo- descartó eso y el Maestro se fue para el São Paulo. Ese año, el blanquinegro carioca tuvo João Saldanha como técnico, un súper equipo y ganó el título. Fue cuando el locutor de radio Waldir Amaral bautizó Nilton Santos de "Enciclopedia del Fútbol" - el mote justo para el mejor lateral izquierdo del siglo, así reconocido por la Fifa, en 1998.
Su auge fue su victoria en el Mundial de Suecia 1958, además de ser elegido como el mejor en su posición. En Chile, cuatro años más tarde, consiguió el bicampeonato para Brasil. También en 1962, el Botafogo repitió el título carioca y ganó el torneo Rio-São Paulo -éste, también en 1964, fecha en que el País perdió la libertad en un golpe de estado. Y en el fin del mismo año, Brasil también perdió el placer de asistir a actuaciones de Nilton dos Reis Santos, que colgó entonces las botas. En total, la Enciclopedia del Fútbol, jugó 729 partidos para el Botafogo y 84 en la selección; con 11 goles anotados para el club y 3 para Brasil.
En el pueblo, la esperanza era que llevase la carrera hasta más de los cuarenta años. Sin embarga, Nilton, que desde 1962 era defensa central, descubrió que la dirección del Botafogo no retribuía su lealtad al haber firmado contratos en blanco, para sustentar otros salarios. Después, la Enciclopedia vio con tristeza Garrincha, en su ocaso, ser maltratado en el equipo blanco y negro que ayudó a construir. Dijo basta antes del fin de su contrato, en abril de 1965. Un dirigente intentó que se quedara, pagándole el mes como si jugaba. Indignado, el artista se valió del intento, dando los salarios a los más humildes funcionarios del Botafogo, club al cual -"con espíritu de amador", como escribió en blanco y negro- Nilton sirvió, única y profesionalmente, por casi 18 años.
Antes de salir de los terrenos de juego, se buscó un puesto en el gobierno, como gerente de los estadios de Río de Janeiro. Luego, participó en un órgano de apoyo a los jugadores, a través del que ayudaría varios ex-estrellas. Y en la ex Legião Brasileira de Assistência-LBA, decidió enseñar el fútbol a los niños, desarrollando proyectos de educación en la periferia de Río. En contrapartida, la Enciclopedia aprendió con los chavales la cruda realidad social del País. Tanto que un niño le revelaría en ton de gratitud: "Profesor, cuando pare a un pariente suyo en la avenida Brasil, un día de lluvia, que cité su nombre para que la gente le libre" - le libre de ser asaltado, claro.
En esa tarea de trabajar con chavales, Nilton fue asesor en municipios y entidades aptas a instalar escuelas de fútbol. Y se fue a vivir a Brasília, donde aprendió que en el Estado de Tocantins, al Norte de Brasil, un estadio moderno también llevaba estampado su nombre. Antes de esa aventura con los muchachos, Nilton Santos fue también técnico profesional de los clubes Galícia y Vitória de Bahia, del Bonsucesso carioca, del São Paulo gaucho y del Taguatinga de Brasilia. Además de ser dos veces director del fútbol deBotafogo carioca -la primera vez, con Tim (para Zizinho, el mejor técnico brasileño) como entrenador. También, en 1980 Nilton montó una tienda de material deportivo que fue al desastre.
Todo eso sin alejarse de su segunda mujer, de los hijos, uno del primer casamiento y de su pequeña nieta Hanna, que hace de él lo que él hacía con la pelota: lo que quería... El ex-lateral izquierdo del Botafogo escucha y habla bien de los amigos -eso le hace le enternece su alma de pelos blancos. O, conmovido, cuando lee que el refinado periodista Sandro Moreyra añadió -hace tiempo- al título del disco Ella Fitzgerald interpreta Cole Porter: "con la misma facilidad que Nilton Santos jugaba el fútbol".
Fuente: Antonio Falcao
No hay comentarios:
Publicar un comentario