A propósito de reyes, hay un famoso episodio ocurrido al Beatle John Lennon. En la cumbre de su fama, y con todo el talento que Dios le regaló, Lennon se fue a Tokio con su mujer, Yoko Ono. Pero dio severas instrucciones a su empresario: quería que su visita fuera lo más secreta posible a fin de disfrutar de la libertad de ir y venir en paz en tierras niponas.
Pero apenas había puesto el pie fuera del avión, llegó el susto: admiradores de todas edades, reporteros, fotógrafos, policías, curiosos se amontonaban en el aeropuerto de Tokio, con los ojos pegados al avión.
Atónito, el empresario de John Lennon se fue averiguar lo que pasaba y volvió, relajado, el aire suficiente.
- No, no, puedes quedarte tranquilo, nada que ver contigo. Hay en nuestro avión un tipo que espera el Japón entero.
El tipo en cuestión era Pelé.
Pero apenas había puesto el pie fuera del avión, llegó el susto: admiradores de todas edades, reporteros, fotógrafos, policías, curiosos se amontonaban en el aeropuerto de Tokio, con los ojos pegados al avión.
Atónito, el empresario de John Lennon se fue averiguar lo que pasaba y volvió, relajado, el aire suficiente.
- No, no, puedes quedarte tranquilo, nada que ver contigo. Hay en nuestro avión un tipo que espera el Japón entero.
El tipo en cuestión era Pelé.
Fuente: Fernando Calazans
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