Lev Yashin: la araña negra

Cada domingo, se revuelve en su tumba, sin entender porque los porteros modernos no salen de su área pequeña, haciendo poco para la belleza y grandeza de un papel que él dignificó. Nacido en 1929, murió en 1990, sin haber conocido otro club que el Dinamo de Moscú (1949 a 1971), donde fue primero portero y campeón de hockey sobre hielo, antes de ser el más grande de la historia del fútbol. La "araña negra" enseñó el camino al guardameta moderno, anticipando y saliendo de su área pequeña, porque había entendido que con las manos, podía hacerse maestro de todo el área grande. Una idea pionera; y una lección magistral de más de 20 años, que no sirvió...

Lev Yashin, caballero al estilo inolvidable, elegante en su juego, fair-play, bien vestido de negro, ganó muchísimos títulos y premios. Campeón del Campeonato Ruso (54, 55, 57, 59, 63), de la Copa Rusa (53, 67, 70), fue 78 veces internacional ruso, participó en 3 mundiales (58, 62, 66), además del 70, como tercer portero a sus 41 años, pero no jugó. Campeón olímpico en 1956, su actuación fue una vez más capital cuatro años más tarde para conquistar el primer Campeonato de Europa de Naciones, en 1960. Fue elegido mejor portero de los Mundiales 58, 62 y 66, de las Eurocopas 60 y 64 y de las Olimpiadas 56, 60 y 64.

En 1963, recibe el Balón de Oro al mejor jugador de fútbol de Europa. Nunca antes, ni nunca más, un arquero se hizo con el más prestigioso y más antiguo premio individual del fútbol universal. Ese mismo año guarda las redes de la Selección Mundial, contra Inglaterra en el centenario de la Football Association. En el campo, estaban Djalma Santos, Popluhar, Schnellinger, Masopust, Kopa, Law, Di Stéfano, Eusebio, Gento, Seeler, Puskas... Una selección mundial irrepetible... Y bajo palos Yashin hizo un partido irrepetible.

Su gran envergadura no le impidió lucir agilidad y flexibilidad. Todo lo contrario, adornaba naturalmente de elegancia sus gestos. Yashin ofrecía así un espectáculo único y sobrio para los puristas de un oficio que nadie honró con tanta brillantez y sencillez a la vez. No rechazaba los terribles disparos de sus contemporáneos, Di Stefano, Pelé, Puskas o Eusebio, sino que los bloqueaba, y le gustaba lanzar el contraataque con la mano, además de dominar el juego aéreo con facilidad y elegancia.

La historia dice que paró 150 penalties. No dudemos de un hecho al alcance de la mano más segura del mejor portero que haya visto el planeta fútbol. Yashin contó alguna vez uno de sus secretos: tomaba una copa de vodka para entonarse antes de jugar. En su adiós, en 1971, la élite, Pelé, Eusébio, Beckenbauer, etc... le honró su presencia en uno de los últimos grandes encuentros de la historia, un Rusia - Selección Mundial, en Moscú ante 100.000 espectadores. El pueblo lo eligió el mejor deportista ruso del siglo y la FIFA, el mejor portero de los Mundiales.

Pero el regalo más bonito, es Yashin que lo ofreció al fútbol: fue un revolucionario que dio al portero el placer de participar en el juego, como último defensa... y primer atacante. En vano. Los porteros ya no salen a jugar.


1 comentario:

BORGHI +10 dijo...

Sin duda Lev Yashin ha sido, sin dudas, el mejor arquero de la historia. Si alguien tiene información acerca de él por favor comuníquese conmigo:
emiliano_borghi@hotmail.com