Djalma Santos nació el 27 de febrero de 1929 en Sao Paulo, Brasil. Durante su juventud trabajaba como zapatero en Parada Inglesa, y un accidente de trabajo brindó al fútbol la oportunidad de disfrutar del considerado por muchos como el mejor lateral diestro de la historia del fútbol mundial. Aquella máquina que prensó su mano le impidió continuar con su oficio y le abrió las puertas al fútbol.
Descubierto en 1948 por Portuguesa de Desportos, equipo de su ciudad natal, Djalma marcó época en el club, formando parte del mejor equipo de la historia del club junto a Pinga, Julinho, Brandãozinho, entre otros. En la Portuguesa, Djalma impresionó a todos por su impresionantes condiciones atléticas, su poder en el juego aéreo y especialmente por su enorme clase. Aquel maravilloso equipo conquistó los Torneos Rio-Sao Paulo de 1952 y 1955. De la misma forma Djalma Santos se convirtió en el futbolista que más partidos había jugado en la historia del club con 453 presencias.
En 1959 fue transferido al Palmeiras, conjunto al que llegó para suceder al gran Zezé Procópio el dueño del lateral diestro de Palmeiras en la década de los 40 y Djalma superó con creces las expectativas que había creado a su llegada. En las filas de Palmeiras siguió sumando títulos a su brillante palmarés, conquistando los Campeonatos Paulistas de 1959, 1963 y 1966, haciendo sombra y venciendo al increíble Santos, de Pelé. Conquistó también el Torneo Rio-Sao Paulo y el Campeonato Brasileño en 1967.
En el Palmeiras compartió equipo junto a otros grandes cracks de la época como Julinho, Ademir da Guia y Vavá. Su personalidad de líder nato dentro y fuera de la cancha lo convirtieron enseguida en la figura del equipo que en 1961 llegó a la final de la Copa Libertadores de América, ganada entonces por Peñarol de Montevideo.
Tras su paso por Palmeiras ingresó en las filas del Atlético Panaraense, donde sallió campeón panaraense en 1970. Djalma jugó en el Atlético Panaraense hasta los 42 años, marcando así otro récord más en su carrera, más aún teniendo en cuenta la posición en la que se desenvolvía, la de lateral derecho.
Debutó con la selección brasileña en 1952 y se retiró en 1968 a la edad de 39 años en un partido entre Brasil y Uruguay por la Copa Río Branco. Sus estadisticas con la selección fueron de 111 partidos y 3 goles.
Se convirtió en una leyenda brasileña aún cuando continuaba activo, y su longevidad en el juego no hizo más que corroborar dicha leyenda. Fue y sigue siendo el mejor defensor derecho en la historia del balompié, que participó en cuatro Copas del Mundo (1954-1958-1962-1966) de las cuales consiguió ganar dos, las de 1958 y 1962. Además fue elegido mejor lateral derecho en los Mundiales del 54 y del 58, siendo que en este último sólo disputó la final contra Suecia.
Fue un defensor estilista que imponía sobriedad y técnica en cada quite. Incapaz de meter pelotazos aún en situaciones complicadas, prefería salir con el balón jugando y si era a ras del piso mucho mejor. Pasaba con increíble agilidad al ataque buscando los espacios pero sin nunca descontrolarse o perder la calma.
Mas allá de una habilidad superlativa, poseía una gran capacidad para cubrir zonas tanto en el medio campo como en la defensa, mientras que saltando se contorneaba de manera felina convirtiéndose en pieza fundamental tanto atacando como defendiendo. Asimismo fue un experto ejecutor de penales, atributo que le dio más notoriedad a su figura.
Pero no necesitó de relaciones públicas para mantener su nombre en la palestra, porque todavía en el presente se lo sigue considerando por especialistas de todo el mundo, como el mejor de todos los tiempos en su puesto.
Descubierto en 1948 por Portuguesa de Desportos, equipo de su ciudad natal, Djalma marcó época en el club, formando parte del mejor equipo de la historia del club junto a Pinga, Julinho, Brandãozinho, entre otros. En la Portuguesa, Djalma impresionó a todos por su impresionantes condiciones atléticas, su poder en el juego aéreo y especialmente por su enorme clase. Aquel maravilloso equipo conquistó los Torneos Rio-Sao Paulo de 1952 y 1955. De la misma forma Djalma Santos se convirtió en el futbolista que más partidos había jugado en la historia del club con 453 presencias.
En 1959 fue transferido al Palmeiras, conjunto al que llegó para suceder al gran Zezé Procópio el dueño del lateral diestro de Palmeiras en la década de los 40 y Djalma superó con creces las expectativas que había creado a su llegada. En las filas de Palmeiras siguió sumando títulos a su brillante palmarés, conquistando los Campeonatos Paulistas de 1959, 1963 y 1966, haciendo sombra y venciendo al increíble Santos, de Pelé. Conquistó también el Torneo Rio-Sao Paulo y el Campeonato Brasileño en 1967.
En el Palmeiras compartió equipo junto a otros grandes cracks de la época como Julinho, Ademir da Guia y Vavá. Su personalidad de líder nato dentro y fuera de la cancha lo convirtieron enseguida en la figura del equipo que en 1961 llegó a la final de la Copa Libertadores de América, ganada entonces por Peñarol de Montevideo.
Tras su paso por Palmeiras ingresó en las filas del Atlético Panaraense, donde sallió campeón panaraense en 1970. Djalma jugó en el Atlético Panaraense hasta los 42 años, marcando así otro récord más en su carrera, más aún teniendo en cuenta la posición en la que se desenvolvía, la de lateral derecho.
Debutó con la selección brasileña en 1952 y se retiró en 1968 a la edad de 39 años en un partido entre Brasil y Uruguay por la Copa Río Branco. Sus estadisticas con la selección fueron de 111 partidos y 3 goles.
Se convirtió en una leyenda brasileña aún cuando continuaba activo, y su longevidad en el juego no hizo más que corroborar dicha leyenda. Fue y sigue siendo el mejor defensor derecho en la historia del balompié, que participó en cuatro Copas del Mundo (1954-1958-1962-1966) de las cuales consiguió ganar dos, las de 1958 y 1962. Además fue elegido mejor lateral derecho en los Mundiales del 54 y del 58, siendo que en este último sólo disputó la final contra Suecia.
Fue un defensor estilista que imponía sobriedad y técnica en cada quite. Incapaz de meter pelotazos aún en situaciones complicadas, prefería salir con el balón jugando y si era a ras del piso mucho mejor. Pasaba con increíble agilidad al ataque buscando los espacios pero sin nunca descontrolarse o perder la calma.
Mas allá de una habilidad superlativa, poseía una gran capacidad para cubrir zonas tanto en el medio campo como en la defensa, mientras que saltando se contorneaba de manera felina convirtiéndose en pieza fundamental tanto atacando como defendiendo. Asimismo fue un experto ejecutor de penales, atributo que le dio más notoriedad a su figura.
Pero no necesitó de relaciones públicas para mantener su nombre en la palestra, porque todavía en el presente se lo sigue considerando por especialistas de todo el mundo, como el mejor de todos los tiempos en su puesto.
Fuente: Univision / Futbol Factory
1 comentario:
Excelente blog.
Te propongo un intercambio de links.
Confirmame.
Saludos.
Publicar un comentario