En Eurocopas, siempre existen historias increíbles y personajes impresionantes, con hechos considerables. Tenemos, para ejemplificar, el golazo de Van Basten en 1988, las paradas de Ricardo en la tanda de penaltis contra Inglaterra en 2004... En fin, diversos momentos para la memoria.
Antonin Panenka es uno de esos jugadores. Pero el checo entró en la historia del fútbol mundial de una forma especial.
Nació en Praga en 1948, se formó en las categorías de base de Bohemians, club de la capital checoslovaca. Fue allá donde jugó durante gran parte de su carrera (de 1968 a 1981), sin alcanzar grandes éxitos con el club.
A pesar de eso, jugando en el centro del campo y como exímio pasador y lanzador de faltas, Panenka se convirtió en nombre frecuente en las convocatorias de Checoslovaquia desde 1873. Tres años después, llevaría a su país a su mayor logro: la Eurocopa de aquel año.
En la fase de clasificación para la Eurocopa, Panenka marcó tres goles, todos a Chipre. En la competición propiamente dicha, no hizo ninguno en el tiempo reglamentario, pero en la tanda de penaltis acabó entrando en la historia.
Alemania Occidental y Checoslovaquia llegaron a la tanda de penaltis tras empatar a dos en el tiempo normal y en la prórroga. En los penales, Hoeness falló y los checos necesitaban que Panenka marcara para que se convirtieran en campeones europeos. Entonces, fue hasta el balón y realizó su disparo.
Bajo los palos estaba Sepp Maier, legendario portero del Bayern Munich. Panenka se acercó a la pelota y un instante antes de golpear el balón se dio cuenta de que Maier se estiraba hacia el lado izquierdo. El centrocampista checo conectó con la punta de la bota la parte inferior de la pelota que se levantó un par de metros haciendo una vaselina. El balón acabó entrando lentamente por el centro de la portería, sin que el meta alemán, que ya estaba en el suelo, pudiera hacer nada para reaccionar. Panenka, muy seguro de sí mismo, comenzó a levantar los brazos en señal de victoria antes de que la pelota entrara en la portería. El disparo llevaría su nombre (panenka) y sería repetido mundo afuera, el más famoso de ellos por Zidane en la final del último Mundial de fútbol.
En la selección, sólo conseguiría disputar un Mundial en 1982, pero acabó fracasando en un grupo con Francia, Inglaterra y Kuwait. Aún así, marcó los dos goles de Checoslovaquia en la competición. En 1980, participó en otra Eurocopa, y marcó un gol contra Grecia, quedando finalmente en el tercer puesto.
En 1981, Panenka fichó por el Rapid de Viena (Austria). Allí sería dos veces campeón austríaco yt tres veces de la Copa de Austria, destacándose como uno de los mejores jugadores del equipo. Justo después, se fue al humilde St. Polten, acabando su carerra profesional en 1987. Todavía jugó en algunos equipos amateurs del país y sólamente colgó las botas a los 45 años. Después trabajaría años como presidente del Bohemians.
Considerado el mejor jugador de Checoslovaquia desde Maspoust (y predecesor de Nedved), Antonin Panenka marcó historia en la Eurocopa por un tiro sencillo, pero extraordinario e innovador.
Antonin Panenka es uno de esos jugadores. Pero el checo entró en la historia del fútbol mundial de una forma especial.
Nació en Praga en 1948, se formó en las categorías de base de Bohemians, club de la capital checoslovaca. Fue allá donde jugó durante gran parte de su carrera (de 1968 a 1981), sin alcanzar grandes éxitos con el club.
A pesar de eso, jugando en el centro del campo y como exímio pasador y lanzador de faltas, Panenka se convirtió en nombre frecuente en las convocatorias de Checoslovaquia desde 1873. Tres años después, llevaría a su país a su mayor logro: la Eurocopa de aquel año.
En la fase de clasificación para la Eurocopa, Panenka marcó tres goles, todos a Chipre. En la competición propiamente dicha, no hizo ninguno en el tiempo reglamentario, pero en la tanda de penaltis acabó entrando en la historia.
Alemania Occidental y Checoslovaquia llegaron a la tanda de penaltis tras empatar a dos en el tiempo normal y en la prórroga. En los penales, Hoeness falló y los checos necesitaban que Panenka marcara para que se convirtieran en campeones europeos. Entonces, fue hasta el balón y realizó su disparo.
Bajo los palos estaba Sepp Maier, legendario portero del Bayern Munich. Panenka se acercó a la pelota y un instante antes de golpear el balón se dio cuenta de que Maier se estiraba hacia el lado izquierdo. El centrocampista checo conectó con la punta de la bota la parte inferior de la pelota que se levantó un par de metros haciendo una vaselina. El balón acabó entrando lentamente por el centro de la portería, sin que el meta alemán, que ya estaba en el suelo, pudiera hacer nada para reaccionar. Panenka, muy seguro de sí mismo, comenzó a levantar los brazos en señal de victoria antes de que la pelota entrara en la portería. El disparo llevaría su nombre (panenka) y sería repetido mundo afuera, el más famoso de ellos por Zidane en la final del último Mundial de fútbol.
En la selección, sólo conseguiría disputar un Mundial en 1982, pero acabó fracasando en un grupo con Francia, Inglaterra y Kuwait. Aún así, marcó los dos goles de Checoslovaquia en la competición. En 1980, participó en otra Eurocopa, y marcó un gol contra Grecia, quedando finalmente en el tercer puesto.
En 1981, Panenka fichó por el Rapid de Viena (Austria). Allí sería dos veces campeón austríaco yt tres veces de la Copa de Austria, destacándose como uno de los mejores jugadores del equipo. Justo después, se fue al humilde St. Polten, acabando su carerra profesional en 1987. Todavía jugó en algunos equipos amateurs del país y sólamente colgó las botas a los 45 años. Después trabajaría años como presidente del Bohemians.
Considerado el mejor jugador de Checoslovaquia desde Maspoust (y predecesor de Nedved), Antonin Panenka marcó historia en la Eurocopa por un tiro sencillo, pero extraordinario e innovador.
Fuente: Trivela
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