Roque Máspoli
Roque Gastón Máspoli fue dueño de una inigualable longevidad de 64 años dedicados al fútbol. De los primeros saltos -con 16 tiernos años- en el legendario estadio Centenario en los años 30, con la zamarra del Nacional de Montevideo, hasta el último partido de la selección uruguaya en la fase de clasificación del Mundial del 98, cuando a los 80 años dirigía el combinado celeste contra Argentina, en Buenos Aires.
Dos realidades directamente opuestas y dramáticamente distantes pocos experimentaron con tanta intensidad...
El portero del "Maracanazo" defendió la portería del Nacional hasta los 22 años, cuando fue fichado por el Liverpool uruguayo, quedándose un año con los negriazules.
Pero sería al transferirse al Peñarol, cuando empezara a destacar. Con el equipo aurinegro sería seis veces campeón uruguayo al lado de vacas sagradas del fútbol charrúa como Obdulio Varela, Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia. Principalmente en el equipo del 49, llamado certeramente "La Máquina".
"El gran portero" dejaría los guantes a los 38 años, un año después de conducir a la "Celeste Olímpica" a la cuarta plaza en el Mundial de 1954 en Suiza. Más tarde, construiría una sólida trayectoria como entrenado destacando especialmente a su amado Peñarol.
Una de las últimas apariciones públicas de Máspoli fue en la final de la Copa Amércia de 1999, en Paraguay, cuando fue entrevistado por el periodista uruguayo Jorge Barraza. Máspoli dijo que Brasil no era tan superior en aquella fatídica tarde del 16 de julio de 1950 para los brasileños. "Casi no nos habíamos preparado. Un mes antes, jugamos tres partidos ante Brasil. El primero lo ganamos 4 a 3. Anotaron un gol en fuera de juego y otro de forma media extraña. En el segundo, ellos ganaron 2 a 1 con un gol en propia puerta de Matías González. En el tercero ganaron 1 a 0 con un gol a los 42 de la segunda parte. Éramos muy parejos", recordó.
El legendario arquero uruguayo también dijo que después de que ellos recibieran el gol del empate, el equipo brasileño se vino abajo, no por culpa de los jugadores, pero sí de la presión del público que hacía un ruido ensordecedor durante el partido que desgastó mentalmente a los futbolistas brasileños. Entonces Ghiggia trató de hacer el segundo gol y consolidar el bicampeonato mundial de la Celeste Olímpica. "Al fnal del partido, hubo una jugada donde un jugador brasileño cayó al suelo, y cuando fui ayudarlo a levantarse, estaba pálido, helado... aquello les mató!", declaró el antiguo guardamento, a los 81 años.
Roque Gastón Máspoli murió en la noche del 22 de febrero de 2004, doce días después de ingresar en el hospital debido a una infección pulmonar. Quien lo acompañó en los últimos instantes fue Julio César Abbadie, antiguo compañero en los tiempos de selección, en 1954. Emocionante también fue el homenaje que recibió de los aficionados aurinegros en el partido de la Copa Libertadores de 2004 entre Peñarol y Sao Caetano. "Ole, ole, ole, ole, Roque, Roque", gritaba la hinchada.
Tras la muerte de Omar Míguez en el 2006, ahora el verdugo de la canarinha Alcides Ghiggia es el único superviviente entre los que fueron titular del histórico combinado celeste de 1950.
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Categoría: Jugadores clásicos
Jock Stein
En 1960, Jock Stein se estrena como entrenador en el Dunfermline con la misión de evitar el descenso de categoría. Stein consiguió alcanzar el objetivo y además consigue su primer trofeo de su carrera como entrenador al batir el Celtic en la final de la Copa de Escocia de 1961 por dos a cero. En 1964, Stein ficha por el Hibernian y al año siguiente llega al Celtic.
En el club de Glasgow, Stein permanecería hasta 1978, en este período conseguiría nueves títulos nacionales consecutivos de 1966 a 1974. Este hecho sólo sería igualado por sus arquirivales Rangers en 1997. Pero la guinda del pastel fue la Copa de Europa de 1967.
El Celtic tenía un equipo bastante técnico y se enfrentaría al favorito Internazionale de Milán, propietario de los títulos de 1964 y 1965 y semifinalista de 1966. El partido fue disputado en Lisboa y los escoceses retomaron y ganaron por 2 a 1. Este equipo entrenado por Jock Stein consagró jugadores como Jinky Johnstone, Bobby Lennox y Bobby Murdoch. Aquello que actuaron en la final fueron llamados de Leones de Lisboa (Lisbon Lions) y una de las tribunas del estadio del Celtic está dedicada a esos héroes. Ésta fue, además, la primera conquista del Reino Unido en el primer certamen de clubs del continente. En 1970, nueva final de la Copa de Europa, sin embargo fueron los holandeses del Feyernood quien levantaron el trofeo.
Tras dejar el Celtic de Glasgow en 1978, Jock Stein asumió la dirección del Leeds United, pero su estancia en el club inglés duró solamente 45 días. Una invitación para conducir a la selección nacional fue aceptada de inmediato. En el mando de Escocia, Stein disputó el Mundial de 1982 en el mismo grupo de Brasil. La eliminación vendría aún en la primera fase por diferencia de goles con la antigua Unión Soviética. En la fase de clasificación para el Mundial de 1986, Escocia se enfrentaba a Gales en Cardiff con buenas condiciones de conseguir plaza para el certamen mundialista. Tras el empate por 1 a 1, Jock Stein sufrió un ataque cardíaco mortal dando su último adiós al mundo del fútbol. Su asistente era Alex Ferguson, hoy entrenador del Manchester United. "Estábamos tan excitados con el partidos que no vimos que Jock se encontraba mal", diría más tarde Ferguson, que dirigió a Escocia en el Mundial de 1986 y asumiría el cargo de entrenador en el Manchester ese mismo año.
Al lado de Bill Shankly, Matt Busby y Alex Ferguson, Jock Stein forma un cuarteto de entrenadores escoceses de renombre internacional. Tras la conquista de Europa en 1967 con el Celtic, Bill Shankly dijo a Stein: "Ahora ya eres un inmortal".
Ao lado de Bill Shankly, Matt Busby e Alex Ferguson, Jock Stein forma um quarteto de treinadores escoceses de renome internacional. Após a conquista da Europa em 1967 com o Celtic Bill Shankly disse à Stein: “Você agora é um imortal”.
Tributo a Jock Stein
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Categoría: Entrenadores clásicos, Jugadores clásicos
Peter Bonetti
Nacido en Putney -zona sur de Londres- en 1940, Bonetti no tuvo muchas oportunidades en el English Team. Sin embargo, fue un gran ídolo del Chelsea, llegando a merecer el apodo de The Cat. Con los Blues, Peter Bonetti defendería su portería por 18 años, totalizando más de 720 apariciones.
El portero consiguió una oportunidad en el Chelsea gracias al celo de su madre, quien escribió para el entonces entrenador Ted Drake, pidiendo que le hicieran una prueba en Stamford Brigde. Poco después, ganaría con los juveniles la FA Cup con la camiseta azul y al año siguiente, ya se convertiría en el portero titular del equipo principal por más de una década.
Por más que sea difícil de imaginar al multimillonario Chelsea de hoy en día fuera de élite inglesa, Bonetti empezó defendiendo la portería de su equipo en la segunda división inglesa. Y fue esencial en el ascenso de categoría del equipo en 1963, haciendo paradas fundamentales en el partido decisivo contra Sunderland. Junto con The Cat, el Chelsea también tenía una hornada de jóvenes talentosos como Terry Venables, que después vendría a ser el seleccionador de Inglaterra en la década de los noventa.
Además de un estilo elegante, Bonetti era conocido por su capacidad de hacer larguísimos lanzamientos con las manos, que tenían una distancia tan grande cuanto las reposiciones con los pies.
A pesar de su larga trayectoria, el portero jamás conseguiría levantar un título de campeón inglés con la camiseta del club. Los mayores éxitos vendrían con la Copa de la Liga (1965), la Copa de Inglaterra (1970) y la Recopa de Europa (1971). En la final de la Copa de Inglaterra de 1970, Bonetti realizó un partido histórico estando lesionado, consiguiendo hacer varias paradas inverosímiles, contra los entonces campeones Leeds.
En la selección nacional, Bonetti no pudo demostrar todo su repertorio, ya que tuvo como compañeros de equipo a dos grandes porteros como Gordon Banks (que protagonizaría una parada considerada la más difícil de los tiempos, en el Mundial del 70, tras un cabezazo de Pelé) y Peter Shilton (que tomaría el relevo de Banks hasta finales de la década de los ochenta).
Aunque sólo actuara en siete partidos oficiales, Bonetti consiguió jugar una vez en el Mundial del 70 en el partido de cuartos de final contra Alemania Occidental, debido a una intoxicación alimenticia. Alemania remontó el partido y el portero del Chelsea fue uno de los chivos expiatorios. Después de ese partido, jamás volvería a defender su selección.
En la década de los ochenta, después de dejar el fútbol, Bonetti se fue a vivir a la isla de Mull, en el norte de Escocia. Mantuvo algún contacto con el mundo del fútbol como entrenador asistente en el Chelsea, en el Manchester City y en la selección inglesa. Pero, hasta hoy, nadie ha vestido la camiseta de Chelsea en tantas ocasiones, donde sigue siendo un héroe.
Tributo a Peter Bonetti
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Categoría: Jugadores clásicos
Brian Clough
Brian Clough nació el 21 de marzo de 1935 en Middlesbrough, Inglaterra. No era el lugar más agradable del mundo, pero para él era el paraíso, como él mismo decía. Cuestión de punto de vista. Para los equipos que se enfrentaban al equipo local, la ciudad era el infierno: defendiendo la camiseta del Middlesbrough entre los 16 y los 25 años, Brian anotó 197 goles en 212 partidos, alcanzando la excelente marca de 0,92 goles por partido.
En ese período, defendió la camiseta de la selección nacional en dos oportunidades, quedándose en blanco en ambos partidos. De cualquier manera, las destacadas actuaciones por su club le valió un contrato con el Sunderland, equipo que defendió entre 1961 y 1964, marcando 61 goles en 54 partidos.
En las navidades de 1962, Clough quería regalar goles a la hinchada de los Gatos Negros. Pero, para un infelicidad, el día 26, en un partido contra el Bury FC, el delantero se lesionó gravemente el ligamento cruzado de su rodilla tras chocarse con el portero rival.
La lesión le obligó a estar 2 años parado. En 1964, intentó volver y llegó a jugar 3 partidos, pero los dolores terminaron por alejarlo defenitivamente de las canchas de fútbol.
Un año después de su retirada como jugador, Clough estaba de vuelta al mundo del fútbol como entrenador del Hartlepool United. Tras una rápida estancia, se encargó del Derby County en 1967, que se encontraba en ese momento en la segunda división inglesa, llevando al club a la primera división en su primer año y a su primer e histórico título nacional en 1972.
Con el equipo de los Corderos alcanzaría las semifinales de la antigua Copa de Europa en 1973, siendo eliminado por la Juventud de Turín en un partido polémico. Brian protestó contra el equipo italiano, acusándolos de tramposos bastardos e insultando a la propia nación italiana debido a unos presuntos regalos ofrecidos por parte del equipo italiano al árbitro alemán.
El Derby fue sancionado y Clough obligado a dimitir por la presión de la directiva pese a que los aficionados pedían su continuidad, aumentando su fama de técnico duro, peleando siempre por la justicia.
Después de 6 años como entrenador del Derby, tuvo una rápida experiencia en el Brighton & Hove Albion, de la tercera división nacional.
En 1974, fue fichado como entrenador del Leeds United. Su llegada no podría ser más polémica. "Hasta donde sé, ustedes pueden tirar a la basura vuestros trofeos conquistados, porque ustedes lo ganaron haciendo trampas". Ése fue su discurso de presentación al equipo campeón de la liga inglesa de la temporada 1973/74.
Estuvo en el club por 44 días, ganando solamente un partido y siendo derrocado por los molestos astros del equipo. El día de su despedida, Brian comentó: " Es un día triste... para el Leeds".
Robin Hood, el ladrón que robaba a los ricos para dar los pobres era la personalidad más conocida de Nottingham Forest hasta la presentación de Clough como técnico del equipo local en 1975. En su segunda temporada completa por el equipo (1976/77), Brian subió el equipo a la primera división inglesa y se convirtió en ídolo local.
Un año más tarde, ganaría proyección nacional al llevarse el título nacional con la victoria por 1 a 0 ante el todopoderoso Liverpool. Hazaña digna del más grande héroe de la historia del Nottingham!
Clough siguió en el mando del equipo por 18 años, disputando títulos nacionales e internacionales, y obteniendo grandes conquistas como dos Copas de Europa en las temporadas 1979/80 y 1980/81, ante el Malmo FF y el Hamburgo respectivamente (llegando a la final también en la temporada 1981/82). En territorio británico, hizo del Nottingham un gran campeón, derrotando muchos equipos grandes y creando rivalidades con sus entrenadores, como Sir Alex Ferguson.
No fue hasta 1988/89 cuando Clough consiguió un nuevo título, fue la Copa de la Liga revalidándola un año más tarde. En los años 1991 y 1992 el Forest alcanzó las finales de la Copa de la Liga y la FA Cup, perdiendo ambas por la mínima y ante rivales como fueron el Tottenham Hotspur y el Manchester United.
El irrevente entrenador siguió en el dirección del Nottingham, hasta la temporada 1992/93 cuando dejó el mundo del fútbol para enfrentarse a una dura batalla contra el alcoholismo. Debido a múltiples razones como la venta de jugadores clave como Teddy Sheringham o el propio estado del entrenador, el equipo sufrió un declive acelerado estando colista toda la temporada. La derrota por 2-0 frente al Sheffield United supuso el descenso de categoría después de 16 temporadas en la cumbre. Después del partido presentó su dimisión, dejando al equipo en la categoría que lo encontró, pero creando un palmarés y una leyenda en torno a un equipo sin grandes jugadores de renombre ni grandes inversiones económicas.
Además de su perfil ganador, fueron sus opiniones y frases sobresalientes que realzarían el carisma de Brian Clough e hicieron de él una leyenda del fútbol inglés.
"Yo no quiero un epitafio de historia profunda o ese tipo de cosa. Yo contribuí, espero que digan eso, y espero que a alguien le haya gustado mi forma de ser".
No es un retrato definitivo, pero nos enseña la gran personalidad de un jugador/entrenador cuya fama traspasó el rectángulo de juego y se ganó el imaginario popular inglés.
Fallecería el 20 de septiembre de 2004, a los 69 años, debido a un cáncer de estómago.
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Categoría: Entrenadores clásicos, Jugadores clásicos
Abedi Ayew Pelé
En 1982 y a la edad de 18 años, Abedi Pelé surgió para el fútbol del continente al integrar el elenco de las Estrellas Negras y ganar la Copa de África frente a Libia. Enseguida sería fichado por el fútbol de Qatar, además de un breve pasaje por Benin antes de volver al Real Tamale de sus orígenes.
En la temporada 1986/87, Abedi llegó al fútbol francés y jugó en las filas del modesto Chamois Niortais FC y a la siguiente temporada en el FC Mulhouse. En este centenario equipo francés, Abedi explotó definitivamente lo que supuso su contratación en noviembre de 1987 por el Olympique de Marseille. Por lo tanto, Abédi Pelé debuta con tan sólo 23 años en la máxima categoría del fútbol galo y en uno de los grandes equipos de Francia y Europa. Allí permanecería dos campañas, donde no gozó de demasiados minutos y que provocaría la decisión de marcharse cedido al Lille, en 1988.
Tras la cesión, regresa al Marseille, donde se produce su explosión futbolística y donde forma un trío mágico junto a Chris Waddle y Jean-Pierre Papin en el ataque del equipo marsellés. El Olympique de Marseille dominó el fútbol francés desde finales de los años ochenta hasta mediados de los noventa. El equipo del presidente Bernad Tapie fue tetracampeón nacional (1989 a 1992) y contaba en su plantilla con Barthez, Mozer, Deschamps, Papin, Rudi Vöeller, Marcel Desailly, Cantona, entre otros. El Olympique llegó a la final de la Liga de Campeones de Europa de 1991 contra el Estrella Roja de la antigua Yugoslavia. La inesperada derrota vino en los penaltis en la ciudad italiana de Bari. Abedi Pelé fue decisivo durante el torneo y tuvo grandes actuaciones en las eliminatorias contra el Milan y el Spartak de Moscú. Por primera vez un jugador africano brillaba como una estrella en un club europeo.
En la Copa de África de 1992 en Senegal, la selección de Gana era favorita al título. Abedi Pelé asumió la responsabilidad y fue el astro del combinado. Durante la competición anotó tres tantos, uno de ellos frente a Congo después de regatear a varios defensas adversarios. La prensa local lo consideró muy parecido al de Maradona en el Mundial de México. Gana llegó a la final contra Costa de Marfil y perdió en los penales por 11 a 10. Abedi no jugó porque estaba suspendido, como consolación recibió el Balón de Oro del torneo. No haber disputado ese partido y nunca haber participado en un Mundial son las grandes ausencias en su carrera.
Tras perder dos finales cuando su equipo era el favorito, Abedi Pelé empieza la temporada 1992/1993 nuevamente como la gran figura del Olympique para conquistar la Liga de Campeones. Jean Pierre Papin fichó por el Milan, de esta forma el Marseille dependía mucho de lo que Abedi pudiera hacer. El Olympique eliminaría al Rangers, Brugge y CSKA, hasta llegar a la decisión contra el Milan en Munich. En la final, Abedi Pelé que se había dejado una pequeña cola de caballo en el cabeza infernizó a la defensa milanista (nada más y nada menos que Baresi y Maldini) con sus regates cortos y rápidos. El balón no se despegaba de su pierna izquierda, pero el gol del título fue de Boli tras un saque de esquina. Días más tarde fue descubierta una manipulación de resultados en la Liga Francesa para favorecer el Olympique de Marseille. El poderoso presidente Bernard Tapie se vino abajo y con él, el club. El título nacional de 1993 fue perdido y el equipo perdió su plaza en el partido contra el Sao Paulo válido por el Mundial de Clubes, así como fue descendido a la segunda división del fútbol francés.
En el trienio 1991/1993, Abedi Pelé fue elegido el mejor jugador africano del año. A pesar de las especulaciones nunca llegó a ser finalista en el premio de mejor jugador del mundo de la FIFA. Al lado de Roger Milla de Camerún y George Weah de Liberia son los tres principales nombres dela historia del fútbol africano. Abedi también sería elegido como el mejor jugador africano del siglo XX.
Tras el escándalo, Abedi se marcha a las filas del otro Olympique, el de Lyon y una temporada después llega al fútbol italiano para jugar en el histórico Torino durante dos campañas. Ya en el declive de su carrera, Abedi se marcha al fútbol alemán al que llega para jugar en las filas del 1860 Múnich. Pone punto y final a su exitosa y dilatada carrera en los Emiratos Árabes, en el Al-Ain, conjunto en el cual se retira en 1999 a la edad de 35 años.
Después de colgar las botas, Abedi Pelé se ha dedicado a la gestión deportiva. Es integrante del comité de la FIFA y de la CAF y es común verlo en sorteos de grupos en competiciones internacionales. Fue nombrado embajador del comité organizador del Mundial de 2010 en Sudáfrica.
Abedi es propietario del FC Nania en su país natal. El año pasado el Nania disputó el cuadranlugar final de la segunda división y estaba empatado a todo con el Great Mariners. Para conseguir subir de categoría, solamente el diferencia de goles haría la diferencia. En la jornada decisiva, el Nania ganaría por 31 a 0 mientras que los Mariners lo harían por 28 a 0. Lo interesante es que en el descanso ambos partidos estaban 1 a 0.
Indignada con el amaño, la federación de Gana descendió a los cuatro equipos implicados a tercera división y les aplicó una multa económica. También suspendió a todos los jugadores que estuvieron sobre el césped por un año. "Mi argumento es que, aunque el resultado parezca sospechoso, no hay ninguna prueba irrefutable de que el partido fue amañado", dijo Abedi a la BBC. Quizás la convivencia con Bernard Tapie le ha ayudado en la administración de un club de fútbol.
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Categoría: Jugadores clásicos
Antonin Panenka: un crack, un disparo, la historia
Antonin Panenka es uno de esos jugadores. Pero el checo entró en la historia del fútbol mundial de una forma especial.
Nació en Praga en 1948, se formó en las categorías de base de Bohemians, club de la capital checoslovaca. Fue allá donde jugó durante gran parte de su carrera (de 1968 a 1981), sin alcanzar grandes éxitos con el club.
A pesar de eso, jugando en el centro del campo y como exímio pasador y lanzador de faltas, Panenka se convirtió en nombre frecuente en las convocatorias de Checoslovaquia desde 1873. Tres años después, llevaría a su país a su mayor logro: la Eurocopa de aquel año.
En la fase de clasificación para la Eurocopa, Panenka marcó tres goles, todos a Chipre. En la competición propiamente dicha, no hizo ninguno en el tiempo reglamentario, pero en la tanda de penaltis acabó entrando en la historia.
Alemania Occidental y Checoslovaquia llegaron a la tanda de penaltis tras empatar a dos en el tiempo normal y en la prórroga. En los penales, Hoeness falló y los checos necesitaban que Panenka marcara para que se convirtieran en campeones europeos. Entonces, fue hasta el balón y realizó su disparo.
Bajo los palos estaba Sepp Maier, legendario portero del Bayern Munich. Panenka se acercó a la pelota y un instante antes de golpear el balón se dio cuenta de que Maier se estiraba hacia el lado izquierdo. El centrocampista checo conectó con la punta de la bota la parte inferior de la pelota que se levantó un par de metros haciendo una vaselina. El balón acabó entrando lentamente por el centro de la portería, sin que el meta alemán, que ya estaba en el suelo, pudiera hacer nada para reaccionar. Panenka, muy seguro de sí mismo, comenzó a levantar los brazos en señal de victoria antes de que la pelota entrara en la portería. El disparo llevaría su nombre (panenka) y sería repetido mundo afuera, el más famoso de ellos por Zidane en la final del último Mundial de fútbol.
En la selección, sólo conseguiría disputar un Mundial en 1982, pero acabó fracasando en un grupo con Francia, Inglaterra y Kuwait. Aún así, marcó los dos goles de Checoslovaquia en la competición. En 1980, participó en otra Eurocopa, y marcó un gol contra Grecia, quedando finalmente en el tercer puesto.
En 1981, Panenka fichó por el Rapid de Viena (Austria). Allí sería dos veces campeón austríaco yt tres veces de la Copa de Austria, destacándose como uno de los mejores jugadores del equipo. Justo después, se fue al humilde St. Polten, acabando su carerra profesional en 1987. Todavía jugó en algunos equipos amateurs del país y sólamente colgó las botas a los 45 años. Después trabajaría años como presidente del Bohemians.
Considerado el mejor jugador de Checoslovaquia desde Maspoust (y predecesor de Nedved), Antonin Panenka marcó historia en la Eurocopa por un tiro sencillo, pero extraordinario e innovador.
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Categoría: Jugadores clásicos
Norberto "Tucho" Méndez
Los potreros de la populosa zona del sur porteño y el club Miriñaque vieron transcurrir largas horas de la niñez de quien, tiempo después, se convertiría en uno de los grandes ídolos del fútbol argentino. Tenía 11 años cuando un buscador de valores precoces de esa época, José Carrero, lo llevó a Huracán. Y fue en la sexta división del Globito donde comenzó a hacer los palotes de su notable historia futbolística.
Siete años después, más precisamente el 13 de marzo de 1941, debutó en primera división. Ese día, Huracán derrotó a Lanús por 4 a 2 luego de ir perdiendo 2 a 0, y Tucho marcó el tercer gol. Fue el primer acto de una carrera en la que se ganó la admiración del público por las virtudes que siempre lo marcaron: gambeta endiablada, gran manejo, guapeza y capacidad goleadora.
En Huracán formó parte de líneas ofensivas que deslumbraron, una de ellas junto con Hermino Masantonio -era el ídolo de su adolescencia- y Emilio Baldonedo. En ese club tuvo como compañero a otra gloria del fútbol argentino: Alfredo Di Stéfano. Allí se mantuvo hasta fines de 1947, ganando dos campeonatos nacionales en 1942 y 1947, cuando se incorporó a Racing junto con Juan Carlos Salvini y Llamil Simes. Por su transferencia, la Academia pagó una importante suma y cedió cinco jugadores.
Con Norberto Méndez, el club de Avellaneda compuso brillantes delanteras que le permitieron obtener el primer tricampeonato del fútbol argentino, en 1949, 1950 y 1951. Una de las más recordadas fue la que el admirado Tucho integró junto con Salvini, Bravo, Simes y Sued. Más adelante, con la incorporación de Mario Boyé, el Atómico, el brillante ciclo racinguista tomaría forma definitiva.
Tras permanecer seis años en Racing, en 1955 pasó a Tigre, donde actuó dos temporadas. Regresó a Huracán -"mi primera novia", como le gustaba definir a la entidad de Parque de los Patricios- en 1957, y al año siguiente le dio su definitivo adiós al fútbol. Atrás habían quedado 392 partidos oficiales, en los que marcó 123 goles.
Pero Norberto Méndez no ciñó su notable trayectoria a los clubes: también brilló en la selección nacional, adonde nunca dejó de convocarlo Guillermo Stábile. Con la camiseta argentina conquistó tres títulos sudamericanos, en 1945, 1946 y 1947.
Fue inolvidable su actuación contra Brasil, en el certamen disputado en Chile, en 1945. Ese día convirtió tres goles, uno de los cuales siempre lo recordó como el mejor de su trayectoria futbolística: derrotó al arquero brasileño con un disparo desde 35 metros.
Un sólo dato bastaría para distinguir su aporte al seleccionado argentino, en el que sumó 30 presencias: con 17 tantos, es el máximo goleador del torneo continental, marca que sólo comparte con el brasileño Zizinho.
La firme personalidad de Tucho Méndez se reflejaba también fuera de las canchas. La decidida postura que siempre exhibió a la hora de discutir con la dirigencia de su época le valió el respeto de sus pares. Así, como corolario de la huelga de jugadores de 1948, fue co-fundador de Futbolistas Argentinos Agremiados.
Nunca abandonó su humildad: "jamás me creí ídolo. Si bien pude haber tenido preponderancia dentro de una cancha, siempre me halagó más una palabra de cariño de parte de la gente, que me elevaran a un sitio al que, considero, no pertenezco".
Alos 75 años, víctima de un paro cardíaco, falleció en 1998. Norberto Méndez estaba casado con Olga Zunino, con quien no tuvo hijos.
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Categoría: Jugadores clásicos
Ladislao Kubala
Tras iniciarse en el fútbol en la Escuela de la Federación Húngara, llegó en su etapa infantil con 11 años al Ganz, un modesto equipo de la tercera división húngara (1939-44), del que dio el salto a sus 17 años al Ferencvaros, de primera división, y con 18 a la selección húngara.
Tras el fallecimiento de su padre, emigró a Bratislava, de donde procedía su madre de origen eslovaca. Su buen juego en el Bratislava y el origen eslovaco de su madre, le facilitó entonces conseguir la nacionalidad checoslovaca y debutar con la selección de ese país.
Tras fichar otra vez por el Vasas húngaro (nueva denominación del Ferencvaros), volvió a jugar con la selección húngara, pero en 1948 decidió huir del país magiar, asfixiado por la rigidez del régimen comunista, que entre otras cosas no le permitía reencontrarse con su mujer y con su hijo recién nacido, que se encontraban en Checoslovaquia.
Tras huir de Hungría se estableció en Italia, donde varios equipos intentaron ficharle, pero la FIFA no le permitió alinearse en partidos oficiales al no concederle la baja el Vasas húngaro.
Varios jugadores húngaros, polacos, rumanos, yugoslavos y checos que se encontraban en la misma situación formaron entonces un equipo de refugiados para jugar partidos amistosos de exhibición, bajo el nombre de Hungaria.
Durante sus exhibiciones por España, el Real Madrid y el FC Barcelona se interesaron por ficharle, pero el equipo blanco desistió debido a la negativa de la FIFA de concederle autorización para jugar partidos oficiales.
El FC Barcelona, con su presidente Agustín Montal Galobar y su secretario técnico Pepe Samitier al frente, apostaron, sin embargo fuerte por ficharle y le contrataron en junio de 1950. Tras fuertes gestiones ante la FIFA del club y la Federación Española, pudo jugar su primer partido oficial como azulgrana el 29 de abril de 1951, un encuentro de Copa del Generalísimo contra el Sevilla.
El Barcelona ganó ese año la Copa y vivió una década triunfal con Kubala, que concluyó con la disputa de la final de la Copa de Europa de 1961, en la que el equipo catalán perdió por 3-2 ante el Benfica portugués, en un partido de auténtica mala suerte en el que envió cuatro balones al poste además de fallar otras claras oportunidades.
En su palmarés azulgrana figuran en total 4 Ligas Españolas, 5 Copas del Generalísimo, 2 Copas de Ferias, 1 Copa Latina y 2 Copas Eva Duarte de Perón, en 11 años en e club como jugador (1951-1962).
Como jugador, después de nacionalizarse español, debutó con la selección nacional el 5 de julio de 1953 frente a Argentina. Fue internacional con España 19 veces, la última frente a Francia el 2 de abril de 1961, y marcó 10 goles.
El balance en esos partidos fue de 9 victorias, 6 empates y 4 derrotas y su momento más amargo fue la curiosa eliminación de España en la fase de clasificación para el Mundial de Suiza de 1954, tras jugar un partido de desempate contra Turquía.
Antes del partido llegó un telegrama de la FIFA que le prohibía a España alinear a Kubala. El futbolista no jugó y España quedó apeada tras empatar aquel partido 2-2 y, como procedía, salir designada Turquía al elegir al azar su papeleta un niño.
Considerado uno de los mejores jugadores de toda la historia, Kubala jugó dos partidos con una selección mundial de la FIFA contra Inglaterra, en los que anotó tres goles.
En 1957, obtuvo el título de preparador nacional con el número uno de su promoción, igualado con Alfredo Di Stéfano, y su primera experiencia en el banquillo fue con el FC Barcelona en 1962, aunque duró poco, igual que su paso por el Murcia, en el que sólo estuvo un mes.
En agosto de 1963 volvió a jugar y fichó por el Espanyol, club en el que fue jugador y, a la vez, entrenador durante año y medio. En el Espanyol coincidió con Di Stéfano, con quien podría haber formado años antes un tándem inigualable en el FC Barcelona, pero que acabó jugando en el Real Madrid.
La temporada siguiente dirigió al Toronto Falcon's (1965-66) y la posterior al Toronto City. En 1968 volvió a España y entrenó al Córdoba, desde el que dio el gran salto a la selección española, a la que dirigió durante casi once años, desde el 15 de octubre de 1969 hasta el 18 de junio de 1980.
Ningún otro seleccionador español ha estado tantos años en el cargo ni dirigido tantos partidos como Kubala, con un balance de 68 encuentros en ese período, 36 de ellos oficiales, de los que ganó 31 victorias, empató 21 y perdió 16.
En su etapa como seleccionador no pudo clasificar a España para el Mundial de Alemania en 1974 y sí lo hizo para el de Argentina de 1978, en el que quedó apeada en la primera fase ante Austria. Fue destituido el 18 de junio de 1980 tras ser eliminada España de la Eurocopa de ese año que se disputaba en Italia.
Tras su periplo en la selección volvió fugazmente al banquillo del Barcelona, en el que fracasó por segunda vez, y después fue entrenador del Al Hilal de Arabia Saudí (1982-86), con el que fue subcampeón de Liga y semifinalista en la Copa en su primera temporada.
Después regresó a España, donde dirigió a varios equipos: Real Murcia (1986-87), Málaga (1987-88) y Elche (1988-89).
En 1991 y tras ser elegido presidente de la Asociación de ex-jugadores del Barcelona (1990), se incorporó, como adjunto de Vicente Miera a la selección olímpica española, que ganó la medalla de oro en los Juegos de Barcelona'92.
El 24 de abril de 1993 Kubala recibió el homenaje de la afición en un encuentro en el estadio Olímpico de Montjuic entre España, dirigida por Javier Clemente, y la selección de Cataluña (4-4). Se recaudaron unos 40 millones de pesetas y 12 instituciones se sumaron a la celebración.
En febrero de 1995 fue contratado por la Federación de Paraguay para dirigir a la selección en la fase de clasificación del Mundial de Francia del 98, pero en diciembre de ese año renunció al cargo, ya que, según dijo, no estaba acostumbrado a tanta desorganización. Pese a ello disputó 10 encuentros y sólo encajó dos derrotas.
En los últimos años se instaló definitivamente en Barcelona, donde era conocida su obsesión por mantener su físico, hasta el punto de que con 66 años a sus espaldas recorría de 40 a 70 kilómetros en bicicleta los lunes y jueves, jugaba a fútbol los martes, viernes y domingos y disputaba tres sets de tenis los miércoles y sábados.
En la Navidad de 1996, después de 20 años, visitó Budapest, donde ya no tenía familia, mientras que el 9 de febrero de 2000 recibió la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo, junto a Alfredo Di Stefano.
Ladislao Kubala Stecz murió el 17 de mayo de 2002 en Barcelona, España.
Lo mejor de Ladislao Kubala
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Ruud Gullit
Ruud Gullit lo siguió intentando y el Haarlem le aceptó. Los ojeadores supieron descubrir en aquel joven líbero el potencial de uno de los mejores jugadores que ha dado Holanda en todos los tiempos.
La primera medida que tomaron fue la de cambiarle de posición. Gullit jugaba en aquel entonces de líbero, posición que no aprovechaba una de sus mejores cualidades, la velocidad (11 segundos en los 100 metros). Ruud abandonaría esa posición y no volvería a desempeñarla hasta el final de su carrera, cuando ocupó el papel de entrenador y jugador del Chelsea.
A pesar del excedente de estrellas, el fútbol holandés sabe reconocer el talento emergente y tres años después de debutar en el Haarlem Gullit era convocado por la selección nacional holandesa.
Del Haarlem pasó al Feyenoord en 1982 y de ahí al PSV en 1985 antes de abandonar definitivamente el fútbol holandés. Al marchar en dirección al calcio italiano en 1987, Gullit dejaba detrás de él tres Ligas Holandesas (con el Feyenoord en 1984 y con el PSV en 1986 y 1987) y una Copa (con el Feyenoord en 1984). La llamada del AC Milan, respaldada por cinco millones de dólares era demasiado potente como para ignorarla.
El proyecto de Berlusconi y Sacchi se basaba en el talento holandés. Van Basten, Rijkaard y Gullit fueron el triangulo básico de aquel Milan que asombró a Europa y que destrozó a todos los rivales que se pusieron en su camino.
Si Van Basten fue el puñal de aquel Milan histórico, Gullit fue el espíritu, la base del equipo y el eje que lo hacía funcionar. Hábil, inteligente, dotado de gran clase y con llegada al gol, Gullit fue elegido mejor jugador europeo del año en 1988, año en el que ganó la Eurocopa con Holanda y la Liga Italiana con el Milan (ganaría otras dos Ligas en 1992 y 1993 y dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinentales en 1989 y 1990).
Los rivales de Holanda respiraron aliviados cuando Gullit anunció que no iría al Mundial de Estados Unidos de 1994. En una decisión difícil de comprender, Ruud Gullit privó a Holanda de su mejor jugador, él mismo, alterando el curso de aquel Mundial en el que Holanda, una vez más no triunfó.
Tras un breve y fugaz paso por la Sampdoria, donde ganó la Copa de Italia en 1994, el Tulipán negro regresó al Milan. Poco más tarde escuchó otra llamada, esta vez la del Chelsea. Allí volvió a jugar de líbero, retomando el puesto de su juventud e inició una nueva carrera, la de técnico que alternó con la de jugador una temporada. En Inglaterra dejó otro título, el de la Copa Inglesa en 1997, al igual que en Holanda y Italia con anterioridad. En toda su carrera, marcaría 235 goles en 629 partidos oficiales.
Su carrera como futbolista ha terminado pero la de entrenador no ha hecho más que empezar.
Ya ha entrenado el Newcastle inglés, el Feyenoord holandés y las selecciones de base de Holanda.
Lo mejor de Ruud Gullit
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