Durante varios momentos de nuestras vidas, nos sentimos muy solos. Podemos estar rodeados de personas o amigos, pero, estamos en la más completa soledad, como si no había nadie a nuestro lado, ni para intercambiar una palabra. En fútbol esa es siempre la situación de los entrenadores.
La vida solitaria del técnico comienza cuando tiene que elegir los 11 jugadores que entrarán en campo. Por más que él tenga ayudantes va a llegar un momento de la semana en el que se quedará sólo para hacer la alineación. Él debe pensar quién va a jugar, qué alternativas tendrá en el banco y finalmente cómo tendrá que encarar a los no convocados. En esa situación, debe ser solitario para escapar de todos los pálpitos que oye durante la semana.
En el partido, la soledad aumenta. Durante 90 minutos, hacer un cambio, hacer que se gane o pierda, está en sus manos, o mejor dicho, en sus ideas. Otro momento de profunda soledad para los entrenadores está al final del partido, principalmente tras las derrotas. Caen en la figura del técnico todas las posibles explicaciones del fracaso. Si el equipo gana, el técnico se queda en el olvido. En ese caso, la victoria es de los jugadores.
Además, si para los jugadores, el partido acaba con el pitido final del árbitro, para un entrenador, continua un buen tiempo. Solitariamente, él repasa y pasa un largo momento pensando en el partido, en sus decisiones y lo que tendrá que cambiar para el próximo.
Aislándose, muchos entrenadores dieron la imagen de personas prepotentes. Como viven en solitario, piensan que sólo existe una manera de comprender el fútbol. Se vuelven "dueños de la verdad". Talvez sea por eso que todo técnico sea considerado temeroso. Aunque los hechos confirman que está equivocado, él mantiene su idea, en la esperanza de que si aparece el resultado favorable, él podrá conmemorar su victoria -aunque de forma solitaria.
Todo entrenador de fútbol es una persona solitaria, pues sabe que no puede ni contar con el apoyo de sus "amigos" de profesión. Todo técnico sabe que a cualquier momento puede ser substituido por un "colega". Los técnicos son tan desconfiados y acostumbrados a trabajar solos que casí todas las tentativas de formar una comisión técnica de dos o más entrenadores, han sido fracasos.
En el fútbol, nadie vive tan rodeado y a la vez nadie vive tan solitario, como el entrenador.
La vida solitaria del técnico comienza cuando tiene que elegir los 11 jugadores que entrarán en campo. Por más que él tenga ayudantes va a llegar un momento de la semana en el que se quedará sólo para hacer la alineación. Él debe pensar quién va a jugar, qué alternativas tendrá en el banco y finalmente cómo tendrá que encarar a los no convocados. En esa situación, debe ser solitario para escapar de todos los pálpitos que oye durante la semana.
En el partido, la soledad aumenta. Durante 90 minutos, hacer un cambio, hacer que se gane o pierda, está en sus manos, o mejor dicho, en sus ideas. Otro momento de profunda soledad para los entrenadores está al final del partido, principalmente tras las derrotas. Caen en la figura del técnico todas las posibles explicaciones del fracaso. Si el equipo gana, el técnico se queda en el olvido. En ese caso, la victoria es de los jugadores.
Además, si para los jugadores, el partido acaba con el pitido final del árbitro, para un entrenador, continua un buen tiempo. Solitariamente, él repasa y pasa un largo momento pensando en el partido, en sus decisiones y lo que tendrá que cambiar para el próximo.
Aislándose, muchos entrenadores dieron la imagen de personas prepotentes. Como viven en solitario, piensan que sólo existe una manera de comprender el fútbol. Se vuelven "dueños de la verdad". Talvez sea por eso que todo técnico sea considerado temeroso. Aunque los hechos confirman que está equivocado, él mantiene su idea, en la esperanza de que si aparece el resultado favorable, él podrá conmemorar su victoria -aunque de forma solitaria.
Todo entrenador de fútbol es una persona solitaria, pues sabe que no puede ni contar con el apoyo de sus "amigos" de profesión. Todo técnico sabe que a cualquier momento puede ser substituido por un "colega". Los técnicos son tan desconfiados y acostumbrados a trabajar solos que casí todas las tentativas de formar una comisión técnica de dos o más entrenadores, han sido fracasos.
En el fútbol, nadie vive tan rodeado y a la vez nadie vive tan solitario, como el entrenador.
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